Hay aromas que iluminan una habitación. Este no.

Este la envuelve en un velo elegante, como si cada rincón ocultara una historia que no deberías leer… pero que, inevitablemente, leerás. Huele a páginas prohibidas, a frascos alineados con etiquetas en latín, a pócimas que burbujean esperando su momento, y a flores que se inclinan y se marchitan, como si supieran que aquí la luz dura lo que tarda una sombra en alcanzarla.

Esta vela es para noches de silencio denso, para páginas que crujen bajo los dedos y para esas ideas brillantes que siempre se escriben a la una de la madrugada.

No apta para almas demasiado soleadas… que, por suerte, nunca encuentran el camino hasta la Academia Nunca Más.

En el interior: flores marchitas, acostumbradas a vivir en penumbra.

Intensidad: muy alta, imposible de ignorar.

Notas olfativas

Salida: especias suaves y un destello floral misterioso

Corazón: acordes aterciopelados y madera dulce

Fondo: resinas antiguas y eco de bosque húmedo

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